Dime donde en este enorme mundo se puede hallar una
amistad sin envidias, en un mundo de vanidad, donde se mezcla la ignorancia con
la intolerancia, y el orgullo vano forma parte de la vida cotidiana. A pesar de
todo ello, pude hallar en él una libertad tan acertada que adivino en ella cada
pensamiento que florece bajo un manto de estrellas en un cielo frio y oscuro. Y
es que la noche nos pide una tregua para quien galopa con extrema elegancia
verdes prados o playas desiertas durante horas de reloj, descanse con una paz
interior, que nunca nadie adivinara.
Y no existe nada más poderoso que el hallazgo en un
mundo mágico de ensueños de naturaleza maravilla y sublime, en el cual vivimos
junto a ellos, nuestros bellos caballos.
Un mundo de nobleza y tolerancia,
donde se mezcla el amor con la ternura y la belleza con la paciencia, la
gentileza con la inteligencia. Donde un fuerte espíritu se une a tu propio
sentir, desbocándose hacia tu interior para unir tú alma a un enorme
placer de evasión y libertad. Un mundo que ni las más acertadas rimas o liricas
puedan describir y explicar. Es pura pasión, poesía de mis adentros.
Hay un abismo en todo ello, y es más o menos profundo
cuando realmente tropieces en esta vida, con personas, que dado a su grado de
nobleza, comparten y viven tu afición y forma de vida. Es entonces cuando la
amistad se manifiesta en un abrazo eterno que vive en la ilusión de cada nuevo
encuentro de poder sentir todo ello y vivir cada segundo de la libertad tan
acertada y deseada.
Esa magia pone en mi vida la esencia misma de la amistad,
la confianza y la pura alegría desenfrenada. Un amanecer, una promesa. La
encarnación de todos los sueños y esperanzas del futuro, los recuerdos del
pasado, y la pura alegría del momento.
Perfilo con pluma fina las palabras que arrebaté ayer
de aquellos labios, cuales con un oleaje cabreado chocaba con las rocas
mientras nos abría paso al escenario. El corazón se pierde una vez más ante los
deseos que alimentan nuestros sueños. Espacio misterioso. Surge une melodía
bajo el hechizo mágico del amor que sentimos por los caballos. Mis anhelos, mis
preguntas terminan con mis miedos y angustias. Fiel impulso de la razón.
Dialogo que encumbe con dulces besos la atracción que nuestros brazos buscan
por nuestra afición. La soledad se hace compartida. Hay un afán, un lúdico
encanto de actuar a vivir. Las fantasías enardecen. Encuentros a tiempo que
florecen y relucen, se mecen y cultivan la espera.
Las hadas seductoras
se emancipan al fragor de la batalla sudada. Se abre una estrella fugaz ante el
firmamento estelar y abre paso al enorme vacío claro del cielo nocturno.
Ambiente temblante al ruido de los cascos de aquellos
dos corceles que mueven sus cascos en soneto de lirica. Nuevamente se deslizan
las horas sin sentirlas. Las agujas del reloj no nos dan tregua, y llega el fin
de otro encuentro mágico. Mi alma se devoraba ante el deseo reprimido de pintar
y plasmar, en un lienzo de ensueño junto a las orillas del rio, el encanto que
vivo en mágicas trazadas.
Pincelada tras pincelada me doy cuenta que existe una
magia real en el mundo del caballo. Espectáculo a compas del latir de nuestros
corazones. Conexión y unión ante el escenario diario de una doma natural.
Entregarse, fundirse, conectarse. Nuevas experiencias que nacen en mente y alma
tras una estampida en campo abierto. Y es ahora, cuando dedico mis letras a
aquellos humildes ojos que bajo su propio miedo no quisieron que me
distanciara de su mundo, y con una honestidad y nobleza que acalló el ambiente,
me explicó que la distancia forma parte del presente, y es un secreto que
guardamos en silencio.
Pero a pesar de ello, quiero que sepa, que aunque
vivamos en mundos separados por un abismo, estaré siempre presente a tan solo
un pensamiento de su mente, y un latir de su corazón. A pesar de las playas
desertadas que nos separen, captare en un instante el sentimiento que nace
oculto bajo su piel. Y me entregare a su alma, para vivir esta amistad y
florecerla al máximo para poder nacer en un único pensamiento a través de sus
ojos.
Sus labios son puerta de mis desvelos. En mi sustento
anhelado dejaré un lugar en su piel, el deseo de encontrarnos quizás mañana. Un
anhelo que vive en eternidad. Amistad manifestada en un abrazo, un beso. La
alegría compartida en una sonrisa. La ilusión de volver a un nuevo encuentro.
Muero en vida al filo de la locura y el precipicio. Y me entrego en un mundo
lleno de aventuras, galopando hacia mis sueños, donde el destino me repara mis
deseos.
Lucharé por seguir viviendo en este oasis; mi mundo
perfecto, donde no existe maldad ni angustias, ni guerras ni lágrimas amargas.
Una simple unión donde mi mundo se convierte en cada segundo del sentir y se
desboca hacia paraísos eternos en mis sueños perfectos…..
El motivo por el que nunca renunciaría en la
vida !