miércoles, 6 de julio de 2011

Acallaré a necios orgullos e insensatas vanidades….



Hace poco que he abandonado la oscuridad y el sufrimiento, y ahora siento el gozo infinito de haber podido alcanzar la espiritualidad. Era tan intensa la sensación se dicha y bienestar, que no hacían falta palabras. Había en el aire algo impalpable que invitaba al descanso. Cerré los ojos y poca a poco, todo a mí alrededor empezó a desvanecerse. Era un estado se semiinconsciencia. La vida en la tierra es fugaz, una ráfaga, un suspiro, hay que demostrar que mientras podamos vivirlo, nuestro temple, porque nuestras buenas y malas acciones nos van señalando, se graban en nuestra aura, y cuando la estancia llegue a su fin, es este halo el que nos delatará.
Todas las generaciones han hablado del amor, al tiempo que de una forma u otra se dedicaban a borrarlo de la faz de la tierra. Esta falta de amor es la culpable de todos los infortunios que sufre la humanidad. Mienten continuamente un amor a sus semejantes, que raramente sienten. Se intenta justificar esa falta de amor con bellas palabras, pero nada es Verdad. NO SE AMA. Y todo esto se va grabando en el alma, que poco a poco pierde su pureza y se torna oscura y sucia. Solo parece sobrevivir una pequeña fracción de amor. Una ignorancia que tiene como resultado el no apreciar algo tan maravilloso como es la inteligencia. Pero en esa pequeña fracción nos encontramos nosotros, capaces de tener la decisión de elegir.  Somos la verdad del progreso, y debemos mostrar mediante nuestro granito de arena, que no hay nada imposible. Únicamente a veces creemos estar fuera del alcance de las leyes naturales.
Debemos crearnos nuestro propio universo, y hacer girar nuestras ideas entorno a él. Prestar atención a nuestros adentros, matar la desesperación, y resucitar  la esperanza. Elegir  vivir plenamente y gozar de cada latir que nace de un corazón puro.  Vivir y amar para avanzar por medio del trabajo. Esta es la senda de nuestra perfección!